¿Quién no ha vivido los celos entre hermanos? Estos en mayor o menor medida se suelen dan tras la llegada de un nuevo miembro a la familia, o quizás, en edades ya más avanzadas.
En muchas ocasiones, la manera en la que los padres sepamos adaptarnos a los celos de nuestros hijos, va a depender si se fomentan o si se mitigan.


Los celos nacen de un sentimiento por parte de nuestros hijos de desatención, de miedo a no ser cuidados, muy lejos de los sentimientos de celos de los adultos que podemos sentir por ejemplo con nuestra pareja. Nosotros como padres igual no tenemos la misma percepción que ellos lógicamente, podemos pensar que lo estamos haciendo todo bien y esperar a que el tiempo pase y cure “la herida”.


Que uno de nuestros hijos tenga celos de sus hermanos no quiere decir que no los quiera, mas bien está manifestando un comportamiento adaptativo, para reclamar de sus padres la atención y cuidados que necesita ya que sienten que los que tenían han disminuido. Se sienten más indefensos a edades más tempranas, coincide, además, con su incapacidad para expresar los sentimientos y a su dificultad para compartir a su figura de apego, por lo que los celos serán más intensos antes de los 5 años, ya que será mas intensa su necesidad de encontrar su lugar en la familia y su bienestar físico y psicológico.


Dicho esto, podemos entender que los celos son una reacción completamente normal y necesaria en nuestros hijos, fruto de su evolución y que debemos acompañar, pero, a veces se hace muy cuesta arriba, vemos a nuestros hijos sufrir, tristes, enfadados y con miedo, y se nos hace complicado a la vez que necesario revertir la situación, ya que si no lo atendemos adecuadamente y le damos la importancia que merece, puede desembocar en un problema más grande entre hermanos que les acompañará hasta la edad adulta.


Si quieres trabajar los celos con tus hijos, te dejamos 10 consejos muy útiles, 5 cosas que debemos hacer y también muy importante, 5 cosas que no debemos hacer.


5 cosas que no debemos hacer cuando nuestros hijos sientan celos:

  1. Verbalizar la palabra “celos”. Lo primero que debemos no hacer es justificar ante los demás las conductas de nuestro hijo diciendo “es que tiene celos”. Es muy común que nos avergoncemos de sus emociones e intentemos poner sus celos como excusa antes que puedan tacharnos de “malos padres”. Estas conductas son naturales y requieren su tiempo. Si el niño a parte de sentir lo que siente, lo oye y percibe como un problema, solo potencia su malestar.
  2. Castigarlos. Por norma general el castigo con conlleva nada positivo para el niño, y más aun si se les castiga por sentir y expresarse. Esto puede dañar su autoestima y distanciarnos de él.
  3. Reprimir sus emociones. Es muy importante que el niño exteriorice todas sus emociones. Si intentamos taparlas, aunque salgan en tipo de gritos, patadas o enfados, mas emociones acumulará, las potenciará y generará en el niño más ansiedad y frustración, derivando en mayores conflictos con sus hermanos.
  4. Enfadarnos con ellos. Enfadarnos cuando tienen celos tan solo demuestra que estamos priorizando  nuestras propias emociones en lugar de la de nuestros hijos. Debemos entender que nos necesitan y acompañarlos.
  5. Reírnos de sus emociones. Aunque parezca una forma de restarle importancia a los celos, si nos reímos solo conseguiremos potenciarlos, nuestro hijo lo vivirá mal ya que a parte de sentirse mal, sentirá que nos burlamos de él.

Sin embargo, podemos hacer unas sencillas técnicas para ayudar a nuestros hijos a sentirse mejor cuando tengan celos.


5 cosas que sí debemos hacer cuando nuestros hijos sientan celos.

  1. Tener un rato especial con ellos. Lo hemos hablado muchas veces en nuestra escuela de familia, se trata de dar a cada uno de nuestros hijos un tiempo en exclusividad, sacar a lo largo del día 15 o 30 minutos para estar solo con ellos. Si el hermano que le provoca los celos es un bebé, dejarlo con el otro progenitor y centrarse en el hijo que tiene esas emociones durante ese rato, esto le dará confianza y se sentirá amado, poco a poco irá recuperando la normalidad.
  2. Ofrécele mucho cariño. Abrázalo, bésalo, acaricia a tu hijo. A través del contacto físico demuéstrale lo mucho que le quieres, eso le acercará a la certeza de que nunca le vas a abandonar, aunque haya más hermanos en casa.
  3. Darle la oportunidad de expresar sus emociones. En la medida que le dejemos sacar todo lo que sienten, comenzará la mejoría en la relación con sus hermanos. Al expresar sus emociones se liberará y esto ayudará a que conozca cómo se siente, ahí podremos intervenir y ayudarle con los miedos que le atormentan.
  4. Atender sus necesidades. En esta línea podemos prestarle atención, en muchas ocasiones cuando comienza los celos podemos pensar que si no prestamos atención a nuestro hijo se le pasará, pero la solución pasa por todo lo contrario, ya que es cuando más lo necesita, tener esa sensación de seguridad, de que la seguimos queriendo. Debemos escuchar lo que nos quiere decir, la simple escucha de lo que necesita provocará en nuestro hijo un efecto positivo.
  5. La paciencia. Aunque parezca obvio, la paciencia con sentido todo lo cura. No podemos esperar que los celos se acaben de la noche a la mañana, debemos continuar cada día con este trabajo, con el proceso que nuestro hijo necesita.

Lo que siempre tenemos que tener en cuenta es que los celos con la llegada de un nuevo hermano son totalmente normales y fruto de la propia evolución de los niños. Así que vamos a armarnos de paciencia y a seguir estos consejos.

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