¿Quién no ha sentido alguna vez que alguien está pensando o incluso se lo han dicho, que su hijo es un maleducado?
En la fotografía se muestra la idílica escena de unos niños menores de 5 años comiendo en un restaurante más de una hora sentados, sin intentar levantarse, sin jugar con la hermana, sin reírse más alto de la cuenta… Pero como seguro que sabéis, esto es un poco complicado, y hay niños que lo pueden conseguir más fácilmente y otros niños pueden necesitar más tiempo.
Tranquilos, ¡pero todos llegan a conseguirlo!
Lo primero que tenemos que tener en mente cuando esos comentarios o pensamientos se nos viene a la cabeza es que ¡son niños! Y, por tanto, los niños necesitan moverse. Tienen menos capacidad para permanecer sentados tranquilos que los adultos.
Mientras que esperan la comida pueden estar muy nerviosos por sentir hambre. Ya sabéis que el hambre a nivel cerebral causa nerviosismo, así que les cuesta controlarse, y permanecer sentado sin moverse. Y cuando finalizan, tienen mucha más energía y lo que necesitan es moverse y salir corriendo.
¿Sabéis porque le pasan eso? ¡Porque son niños!
Podemos optar por dos opciones:
- la opción de no ir al restaurante hasta que se hagan mayores, cosa que creo que no es la más correcta, porque los niños de la mejor manera que aprenden son exponiéndose a las situaciones.
- O la opción de darle una pantalla, cosa que es respetable, porque en esos momentos lo que queremos es almorzar o cenar tranquilos y no estar con tanta tensión, pero utilizar esta manera siempre, no es tampoco lo más correcto, porque no estamos ayudando a nuestros hijos a que aprendan a autocontrolarse y conocer las normas de educación que tenemos que tener en un espacio como un restaurante.
Así que, aunque lo piensen, lo digan… actúa con tu hijo, conociendo estos motivos y acompañándolos para que ese rato de espera sea más llevadero e incluso divertido.
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